Hoy celebramos la fiesta de San Maximiliano M. KOLBE; la Santa Misa la ha presidido el Asistente general AFCOF (African Federation of Conventual Franciscans) Fray Tadeusz ŚWIĄTKOWSKI, quien ha recordado en la oración nuestras presencias que en todo el mundo llevan el título de nuestro hermano mártir.
La homilía de Fray Jude ha tomado como punto de partida la gran disponibilidad que tuvo San Maximiliano para desapegarse de sus obras y confiarlas en manos de otros hermanos, por ejemplo, al irse de misión al Japón. Debemos aprender de él lo que significa nuestro voto de pobreza y el “sine proprio”; muchas veces estamos apegados a nuestras obras y no confiamos del todo en nuestros hermanos.
Los trabajos en el aula iniciaron con la visión de un video-mensaje del Asistente internacional de la M.I. Fray Raffaele DI MURO, de la Provincia del Seráfico Padre San Francisco en Italia (Nápoles).
Sus palabras de saludo y entrega a San Maximiliano y a la Inmaculada han dado inicio al debate sobre el texto redactado por el Consejo de presidencia del Capítulo, en lo que se refiere a la así llamada “herencia kolbiana”. “La Orden encuentra en San Maximiliano M. KOLBE un ejemplo para vivir la consagración a la Inmaculada en los nuevos desafíos misioneros con un corazón abierto, a la escucha del Espíritu y de los signos de los tiempos”. Así recita el final del nuevo texto aprobado, que ha recibido el aplauso de la asamblea al final de la votación.
También se han llevado a cabo las votaciones del Título II del Capítulo V, sobre las dimensiones de la formación franciscana. Sobresale un parágrafo nuevo que define nuestra identidad como Conventuales. La “conventualidad” se expresa como fraternidad activa y corresponsable, orientada a la contemplación y a la misión. Nuestra Orden desea ponerse al servicio de todos, como también lo ha pedido el Papa Francisco; desea tener la capacidad de ser hermanos en medio de un mundo siempre tentado por el separatismo y el particularismo.
La jornada ha concluido con la oración de las primeras Vísperas de la Solemnidad de la Asunción. María, Madre de Dios y Madre nuestra, nos acompañe siempre en nuestro camino.
Cronista: Fray Aurelio ERCOLI